¿Por qué es importante la toma de decisiones en una empresa?
Para nadie es un secreto lo difícil que resulta la toma de decisiones en una organización empresarial. Y es que sus acciones tienen un impacto en todos los departamentos que forman parte vital de la empresa. Por ende, es necesario aprender a elegir la mejor alternativa en pro de sus propósitos y objetivos.
Todos los procesos empresariales están expuestos a problemas, probablemente unos más sencillos que otros, pero cada uno con su propio nivel de relevancia. Decidirse por la opción más efectiva es complicado. Por eso, te contamos en qué consiste el proceso de toma de decisiones, los pasos a seguir y su importancia.
¿En qué consiste la toma de decisiones dentro de una empresa?
La toma de decisiones es un proceso en donde los directivos y otros miembros eligen, entre diversas opciones, lo mejor para la empresa. Para ello, es indispensable que los integrantes conozcan completamente el proceso para así seleccionar la alternativa más factible, sustentable y efectiva para todos.
Dicho de otra forma: al conocer el objetivo y propósito de la empresa, es más sencillo seleccionar la alternativa adecuada, puesto que se tendrán las bases para justificarla. Esta es la manera más eficiente de tomar las decisiones propicias para el negocio.
Importancia de la toma de decisiones en una empresa
La toma de decisiones en una empresa consiste en identificar las opciones disponibles para la solución de una determinada situación y optar por la más conveniente. Sea cual sea la decisión tomada, debe favorecer los objetivos empresariales o tener, al menos, una acción positiva para la organización.
En este sentido, las decisiones podrían plantearse con antelación, aunque en algunos casos deben tomarse en el transcurso o después de una disyuntiva o complejidad laboral.
¿En qué consiste el proceso de toma de decisiones?
Para llevar a cabo los procesos empresariales se recurre a ciertos métodos, entre ellos la toma de decisiones. Este último consiste en recopilar toda la información pertinente para su posterior análisis de factibilidad, lo que conllevará a una decisión final.
En las siguientes líneas, describiremos 7 pasos para la toma de decisiones en una empresa. Estos pasos son útiles tanto para enfrentar decisiones complicadas sobre la organización de la empresa como para algo más sencillo como elegir el menú del desayuno.
1. Identificar la decisión
Se trata del primer paso y, como tal, uno de los más importantes. Inicialmente, hay que dar respuesta a los siguientes interrogantes:
- ¿Cuál es la situación que hay que atender?
- ¿Qué se pretende conseguir con la implementación de una nueva decisión?
- ¿Tras la implementación, cómo se mide el éxito?
Son estas tres preguntas las que permitirán definir un objetivo común que, en un determinado plazo, servirá para dar soluciones efectivas al problema en cuestión. Una vez definida esta etapa será más sencillo recopilar los datos disponibles para plantear las alternativas con las que se puede abordar la disyuntiva.
2. Recopilar toda la información importante
Obtener todos los datos asociados al problema y a la decisión es indispensable para considerar una solución basada en el problema, justificando así la decisión tomada. Conviene preguntarse: ¿existen datos históricos vinculados al problema?, ¿otros directivos o integrantes han hecho algo para solucionarlo?
Asimismo, es recomendable buscar información en el exterior de la organización. De este modo se podrá lograr un proceso 100 % efectivo, contando con información confiable y verificada de diversas fuentes.
Externalizar estas fuentes significa indagar en el mercado, conversar con los consultores u otros proveedores que puedan ofrecer información relevante. Cualquier dato adicional es útil y servirá para identificar nuevas opciones para resolver el caso.
3. Identificar las opciones potenciales
En esta fase hay que evaluar varias soluciones para resolver el mismo problema. Es necesario encontrar cuáles son las alternativas (se recomienda estudiar más de una opción), siendo esta la manera más sencilla de elegir la más conveniente para todos.
Por ejemplo, si en una determinada organización se emplea una herramienta de gestión, el equipo de diseño podría tener otras necesidades diferentes a las de desarrollo. De esta forma, se comprueba que la toma de decisiones en una empresa no puede ser individualista, puesto que esto no es conveniente al 100 %.
4. Evalúa, mide y valora las posibles soluciones
A medida que van surgiendo nuevas alternativas, se deben analizar y calcular exhaustivamente considerando estrategias y criterios que permitan solucionar el problema. Algunas de las estrategias más usadas para determinar la efectividad de las opciones son:
- Analizar las opciones a través de la matriz FODA.
- Identificar la mejor alternativa mediante la matriz de decisiones.
- Hacer una lista con las ventajas y desventajas para su posterior descarte.
Así pues, el equipo de trabajo comenzará a identificar los beneficios y posibles contratiempos de cada opción, eliminando las opciones que puedan generar peores consecuencias.
5. Selecciona una de las opciones
Lo que sigue es tomar la decisión final considerando los datos obtenidos y las formas en las que podría afectar a la colectividad empresarial. Incluso hay ocasiones en donde la solución no es solamente una de las opciones, sino que resulta mejor la combinación de varias de ellas.
Las decisiones efectivas están basadas en la estrategia empresarial, la cual busca resolver de forma creativa todos los problemas. Por lo tanto, el equipo no debe limitarse a escoger sola entre las alternativas más obvias, sino que debe ir más allá de lo evidente.
Un punto clave para este paso es no aceptar una solución por compromiso. Y es que, en ocasiones, la exclusividad para una única solución implica perder los beneficios que suponen las demás. Así pues, hay que replantear e intentar superar las opciones que hay sobre la mesa.
6. Ponerse en acción
Una vez que la toma de decisión en una empresa ha sido autorizada por los directivos, es hora de poner el plan en marcha. Sin embargo, es justo y necesario tomarse un tiempo para crear el plan de implementación. De esta forma el equipo estará enterado de cada paso a seguir.
Una vez que el plan sea creado, puede ponerse en acción monitoreando cada avance para determinar si está funcionando o si se trata de un fracaso.
7. Medir el impacto de la toma de decisiones (aspectos positivos y negativos)
Luego de haber tomado la decisión, es casi una obligación verificar si ha funcionado o no. Para saberlo, hay que recurrir a las métricas de éxito establecidas en el primer paso. Es así cómo se evalúan los resultados alcanzados y se comprueba si cumple o no con las necesidades y criterios de la empresa. En esta última fase, las preguntas que debes responder para revisar la decisión son:
- ¿Se ha solucionado el problema identificado en el primer paso?
- ¿El impacto de la decisión fue positivo o negativo para la empresa?
- ¿Quiénes han sido beneficiados con la toma de decisión?
- ¿Quiénes resultaron afectados con la decisión tomada?
Ahora bien, si la toma de decisiones en una empresa no es efectiva, el equipo responsable tiene la facultad de aplicar nuevas técnicas para la gestión iterativa. Esto permite que se adapte de forma rápida al proceso de toma de decisiones con los recursos existentes.
En definitiva, la importancia de la toma de decisiones en una empresa se fundamenta en el apoyo y alcance de los objetivos. Así pues, las buenas decisiones contribuyen positivamente en el control en la empresa y en la mejora continua de los procesos de la organización.